Saturday, July 19, 2014

Cursilerias - 2...

 
Todo en lo que pienso
Todo el tiempo
Por todos los rincones
De mi cuerpo,
Tiene vicios de ti…
 
(lrc, 2007)


Cursilerias - 1...

 
 
Caminos, caminar,
Caminantes…
Lluvia, llover,
Llorar, amar,
Amantes…
El mar, el viento,
Decir “te quiero”,
Decir “me muero”,
Correr del tiempo,
Lento,
Aves al vuelo, mi cuerpo,
Tenso,
Tu mano, cerrado el puño
al deseo,
El mar profundo,
Abismo y sentencia,
Tu ausencia,
Mis ansias,
El destiempo,
Pensar en vivir,
Abrazar el recuerdo,
La vida, su tic-tic…
El misterio…
 
(lrc, 2006)

Friday, July 4, 2014

Los duros silencios…



Por estos lares de la virtual-esfera aprendí de una generosa colaborada sobre concepto de la “escritura automática”.  De acuerdo, confieso que nunca me ha funcionado, o mejor dicho, yo no le he podido funcionar a la escritura así.  Es frustrante, angustioso, hasta doloroso, tener en un momento dado muchas ideas dándote tumbos en la mente o imaginación, y al momento de sentarte frente al instrumento de captura (el boli y el cuaderno, la computadora…), te quedas como en blanco.  Sabes que están ahí, pero es como si no pudieran o no supieran como salir….
No siempre fue así…

En mi juventud, así como no podía “esperar para verle”, tampoco podía esperar para escribir.  Me detenía en cualquier lugar, me armaba de un boli y un pedazo de papel, y ¡zas!  De la nada (o casi nada) surgía un nuevo cuento o un poema, y sentía como el pecho se descomprimía aliviado.  Ahora lamento haber encontrado (aparentemente) remedio a aquel viejo problema de incontinencia… palabrística.  Ahora el problema es otro, creo que padezco de una aguda obstrucción… de espíritu... (¿?)
En fin…

Que pudiera ser una fase, su conclusión, su transformación, o su lógica progresión hacia el próximo misterio o mito que asomara sigiloso su rostro a través del umbral de mi puerta…
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Sunday, June 29, 2014

Mi actor ideal = mi actriz ideal = Meryl Streep...

  
   
Mi primer recuerdo de ella fue interpretando a Inga en Holocausto (una mini-serie de TV, pienso que hoy la hubiera producido HBO y me la hubiera perdido porque lo cierto es que algo perdimos algunxs cuando privatizaron los canales de televisión).  Entonces era flaca y pálida, pero la expresividad de sus ojos y el tono suavemente desgarrador de su voz hicieron que quedara prendada de ella.  Si aplica, pudiera decir que fue como un “amor a primera vista”, la buscaba en nuevos trabajos y siempre acababa “tocada” por cada nueva creación interpretativa.  Supongo que fue Meryl mi “turning point” del “enamoramiento” a la “admiración y apreciación verdadera” por el trabajo de unx artista. 

Ya no veo tv ni voy al cine, pero a ella la siguen rastreando mis sentidos.  Nuestro medio actual de encuentro es el internet, en donde la asecho con mi paciencia loba hasta encontrarla, maravillándome como siempre con sus interpretaciones, agradeciendo a esta dimensión de vida que aun existan cosas que puedan emocionarme así...

Saturday, June 21, 2014

Yo tuve todos los hijos que planifique tener…


La década perdida con su crisis económica y demás derivados se cargó mi conexión de tv.  Llevo años desconectada del cable-TV, y debo reconocer que ya no puedo estar más de unos pocos minutos sentada, inmóvil, frente a un televisor.  Ni las impresionantes pantallas de plasma han logrado hacerme caer de nuevo en la tentación…

Esto contrasta con cómo había sido mi vida hasta ese momento de ruptura.  Como típica “babyboomer”, crecí, me crie dedicando buena parte de mi tiempo útil a ver todo tipo de programas, primero en aquellos pequeños televisores en blanco y negro de 12”, ya luego llegaron los a-color de 19+”.  Como me pasaba con la música, solía decantarme por opciones poco comunes para niñxs o jovencitxs de mi edad.  Pero eso es temita para otro momento…

Un sonsonete que fue parte de los sonidos que amenizaron mis días y noches fue aquel que repetía (¡y repetía!): “….porque planificar tu familia es quererla más…”  Más que una recomendación, aquella campaña dirigida desde el gobierno colonial, avalada por la Iglesia Católica Romana Apostólica y bajo la orden del Tío Sam era precisamente eso.  Una orden para ligar trompas de Falopio y atiborrar de profilácticos a las niñas casi desde su primera menstruación, aunque no recuerdo nada sobre el uso obligado de condones entre niños y hombres.  Estos podían seguir haciendo uso de sus recursos biológicos para disfrutar de sus existencias sin tener que planificar nada. 

No recuerdo a una sola mujer en mi entorno de familias de clase media-baja que no haya sido esterilizada antes de sus 40 (mi madre y mis tías incluidas).  Y las familias de cuatro o más muchachos se fue convirtiendo casi en una herejía, una ofensa contra el Estado (curiosamente yo pertenezco a una familia nuclear de seis).  De niña no razonaba esta “política pública”, pero algo raro en ella me llamaba la atención.  La pubertad me sorprendió tomando las clases de salud con la Sra. Pintado que fueron las que con lujo de detalles me instruyeron sobre cómo funciona mi cuerpo sexualmente.  Ya ahí pude comenzar a re-pensar sobre como “planificaría mi familia” (todavía asumiendo como un hecho el que fuera a tener la mía algún día).  Los chicos comenzaron a llamar mi atención, pero ahora entiendo que no por ellos mismos sino como encarnaciones de personajes que conocía a través de la tv y las canciones raras que escuchaba en la radio.  Al comprobar que no eran lo que yo esperaba, parece que mi atención e interés empezó a enfocarse hacia otros intereses. 

Termine mi educación secundaria y una vez en la universidad siguieron abordándome otras distracciones.  La cuestión “planificadora” se amplió para añadir ámbitos más allá de la familia que se suponía procreara.  Es más, esa tarea fue desvaneciéndose poco a poco de mi agenda de vida.  Seguían llamando mi atención variedad de personas en el plano amoroso (¿?), pero sin más.  No lograba armonizar mi agenda de estudios y trabajo con el hipotético escenario de preñarme, parir, irme de maternidad, regresar de maternidad y hacerme cargo de un ser por el resto de su vida.  Os recuerdo que de niña fui “programada” a planificar mi vida sexual con el fin de demostrar que era una persona que “quiere a su familia”. 

Pero finalmente hice tiempo en mi agenda y atendí ese “action ítem”, el de planificar mi familia.  Pero entonces me di cuenta de que no contaba con varios elementos esenciales para satisfacer la tarea.  Ni tenia pareja ni vislumbraba entrar en ese arreglo político-social con nadie.  Trabajaba, pero como una demente, lo que me dejaba poca o nada de tiempo ni para mí misma, ¿cómo me iba a hacer cargo de un crio?  (si, porque aunque lo pariera en “pareja”, es a mami a quien le siguen tocando esos deberes.)  Por otra parte, cada vez crecía más mi disgusto, frustración y desdén hacia la sociedad y país que íbamos forjando (más bien, destrozando), y con mi manía natural de querer mucho a la gente que quiero, lo menos que deseaba era forzarle ese mundo a alguien que sabía podría querer “por sobre todas las cosas”.  Como mucho, podía ayudar a cambiar las cosas durante mi periodo de vida para que en “un futuro lxs hijxs de nustrxs hijxs” pudieran aspirar a algo mejor. 

Y parece que así fue como quedo mi plan familiar, y ahora que casi he superado mi periodo biológico hábil para parir, miro al camino árido y pedregoso que han marcado mis pasos, y puedo responder a quien cuestione mi deber patrio (no matrio) que “yo tuve todos los hijos que planifique tener…”
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Saturday, June 14, 2014

Causalidades perversas…





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Si mal no recuerdo, la primera vez que escuche a esta intérprete del piano fue cuando me pico la curiosidad luego de leer sobre su interés por los lobos.  Aun guardo la referencia a aquel artículo del NYT.  Sería para el 2010-2011.  Como ya es lo usual, busque videos suyos en YT, encontré su website en Google, y luego de auscultar varios trabajos, me anime a comprar varios cd’s.  Los primeros dos fueron (precisamente) Credo y Reflections.  Quien me conoce aunque sea un poquito sabe que me encanta la música clásica.  Estos dos cd’s están grabados en mi portátil, así que rápidamente empezaron a acompañar mis tediosas jornadas laborales. 

Entonces, ocurrió lo que posiblemente pocos esperan: el cáncer nos vino a visitar.  Primero mi hermano, luego mi mama, todo en cuestión de meses.  Y durante los largos y detestables procesos médicos, allí estuvo la pianista sosteniéndome a fuerza de su música.  Especialmente durante la breve y final estadía de mami en el hospital, Hélène, los Schumann y Brahms fueron nuestra constante compañía.  Y fue durante esos últimos días que descubrí algo que me dejo un poco tocada.  A mami y la pianista las unía un vínculo cruel, ambas padecieron el mismo tipo de cáncer aunque sus desenlaces fueron muy distintos...  Pero quizás, no del todo desligados. 

Soy científica.  No meramente porque mis títulos académicos lo implican, sino porque mi carácter y mis aptitudes de persona me definen como tal, sospecho que desde mi “imprint” genético.  Entonces, no visualizo a la vida y la muerte como fenómenos o realidades disimiles, todo lo contrario, lo que para nosotrxs parece “muerte” se me sugiere como un reordenamiento diferente de “vida”.  Las nociones de vida y muerte con la que están programadxs buena parte de lxs parroquianxs de este planeta Tierra parecieran tener su origen en las creencias religiosas que bastantes personas profesan.  Pero estas descansan sobre en una premisa de “fe” que como sabemos se sustenta en cosas que no se pueden validar. 

Siempre he sospechado que somos “eternos” como lo planteaba Facundo Cabral, pero no desde la perspectiva de organismos habitando cuerpos de variada complejidad biológica.  Siento (¡porque se siente!) que somos como “paquetes de energía” transformándose continuamente.  Entonces, “nuestros” fotones se la pasan brincando entre niveles energéticos, provocando cambios instantáneos que percibimos a los niveles macroscópicos que alcanzan discernir nuestros ojos.  Partiendo de esta premisa, pienso que Hélène, mami, las preferencias musicales de ambas, sus células cancerosas, pudieran responder a las mismas manifestaciones energéticas.  La parte de mami no contaba con suficiente energía para contraatacar a las células que la adolecían, su energía tuvo que migrar hacia el andamiaje de Hélène para reforzar su curación, y así pudieron curarse ambas. 

Tras su sanación, Hélène volcó sus renovadas fuerzas en un proyecto musical que posiblemente representa su ofrenda y su homenaje a todos esas estrellitas tintineantes que compartieron con ella su fulgor: Resonances  O sea, que doña Isa vuelve a sonreírme y amarme cada vez que lo escucho…

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Tuesday, June 10, 2014

Yo me doy mi propia señoría…


Brevemente…
Cuando me preguntan qué prefijo prefiero usar con mi nombre, espontáneamente contesto: “Sra.”  No tardan en caer los cuestionamientos: ¿Pero aquí usted indica que es “soltera”? (o sea, nunca casada).  Y yo replico: “Es correcto, soy  soltera y Señora porque “yo me doy mi propia señoría”. 
En este punto terminan los cuestionamientos, que según las expresiones faciales, pueda deberse a que deducen o concluyen que soy bromista, excéntrica o desquiciada.  Igualmente, aceptan por buena mi explicación o justificación, y seguimos a lo que vinimos…
Lo cierto es que para mi lógica brutal, no veo porque no vaya a ser señora, si soy financieramente independiente (…en la salud y en la enfermedad…), libre pensante, cívicamente responsable por mis actos, decisiones y sus consecuencias.  Pienso que incluso, en el muy hipotético caso de decidir casarme con alguien, ya lo haría como “Señora” (nota: lo anterior es quizás más que hipotético, improbable, ya que mi personalidad manifiesta una fuerte vocación de soltera, o quizás sea de Anaclara...) 
Curiosamente, esto ya lo pensaba desde antes de percatarme que era y soy una “feminista hormonal”…  
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