Seguramente
muy pocxs o ningunx de lxs que entren alguna vez a leer en este blog estarán
familiarizadxs con mi viejo habito de descargar reflexiones sobre el periodo
transcurrido entre la víspera del comienzo del año que se apresta a concluir y
la víspera del que intentara relevarlo. Antes
del blog, del tuit, del fb (que honestamente no utilizo), antes de todas esas
herramientas cibernéticas 2.0, mi medio predilecto era el email. Pero la utilidad del correo electrónico se ha
visto maniatada quizás por las mismas razones que casi han erradicado al correo
convencional: la pereza a no leer más de 140 caracteres de seguido.
Curiosamente,
fue hace aproximadamente un año que comencé a garabatear en este blog, y uno de
mis primeros garabatos fueron dedicados precisamente a mis reflexiones “en la
víspera” del 2014… Así que declaro en
este instante que la fecha o suceso que escojo para marcar el comienzo de este refugio
es “la víspera...” Me suena razonable,
más aun si es cierto eso que dicen que “nadie muere en la víspera…”
Pero
volviendo al temita de esta entrada, con la conclusión de estos doce meses
gregorianos cierro varios ciclos, o casi.
Siento que he aprendido muchísimo sobre mí, sobre mi entorno, sobre qué
hago, como me acomodo y ubico mi espacio dentro de él. He podido (finalmente) adjudicar
descripciones claras, honestas, valientes sobre como soy, y aclaro que en
ninguna de estas me veo hípster (ja, ja…).
Hacerlo,
o se reclamar mi verdad, me ha costado haber tenido que renunciar o desligarme
de hábitos que alguna vez me ayudaron a anclarme en este universo de
cosas. Ahora me siento un poco en el
aire, o como si el suelo bajo mis pasos fuera un mar de arenas movedizas. De todos modos, estoy dispuesta a aprender a
volar, aunque sin escoba, de ser necesario.
Más
allá de proteger o defender mi derecho al optimismo, no sé qué prever del ciclo
que se avecina. Mis células me susurran que el tiempo, ese que hasta hace poco
parecía interminable, ya no está a nuestro favor. La finitud del tiempo no me preocupa, como lo
utilizo mientras ocupo este estado de materia, sí. Pero por fortuna y como dije antes, podría
contar con tener hasta “la víspera” para completar mis asignaturas pendientes.
La primera de estas,
compartirles algo que me calca en formas y sensaciones tal y como me siento en
estos instantes, a instantes de culminar otra víspera…
No comments:
Post a Comment