Wednesday, December 31, 2014

…en la víspera… del 2015

  



Seguramente muy pocxs o ningunx de lxs que entren alguna vez a leer en este blog estarán familiarizadxs con mi viejo habito de descargar reflexiones sobre el periodo transcurrido entre la víspera del comienzo del año que se apresta a concluir y la víspera del que intentara relevarlo.  Antes del blog, del tuit, del fb (que honestamente no utilizo), antes de todas esas herramientas cibernéticas 2.0, mi medio predilecto era el email.  Pero la utilidad del correo electrónico se ha visto maniatada quizás por las mismas razones que casi han erradicado al correo convencional: la pereza a no leer más de 140 caracteres de seguido. 
Curiosamente, fue hace aproximadamente un año que comencé a garabatear en este blog, y uno de mis primeros garabatos fueron dedicados precisamente a mis reflexiones “en la víspera” del 2014…  Así que declaro en este instante que la fecha o suceso que escojo para marcar el comienzo de este refugio es “la víspera...”  Me suena razonable, más aun si es cierto eso que dicen que “nadie muere en la víspera…” 
Pero volviendo al temita de esta entrada, con la conclusión de estos doce meses gregorianos cierro varios ciclos, o casi.  Siento que he aprendido muchísimo sobre mí, sobre mi entorno, sobre qué hago, como me acomodo y ubico mi espacio dentro de él.  He podido (finalmente) adjudicar descripciones claras, honestas, valientes sobre como soy, y aclaro que en ninguna de estas me veo hípster (ja, ja…). 
Hacerlo, o se reclamar mi verdad, me ha costado haber tenido que renunciar o desligarme de hábitos que alguna vez me ayudaron a anclarme en este universo de cosas.  Ahora me siento un poco en el aire, o como si el suelo bajo mis pasos fuera un mar de arenas movedizas.  De todos modos, estoy dispuesta a aprender a volar, aunque sin escoba, de ser necesario. 
Más allá de proteger o defender mi derecho al optimismo, no sé qué prever del ciclo que se avecina. Mis células me susurran que el tiempo, ese que hasta hace poco parecía interminable, ya no está a nuestro favor.  La finitud del tiempo no me preocupa, como lo utilizo mientras ocupo este estado de materia, sí.  Pero por fortuna y como dije antes, podría contar con tener hasta “la víspera” para completar mis asignaturas pendientes. 
La primera de estas, compartirles algo que me calca en formas y sensaciones tal y como me siento en estos instantes, a instantes de culminar otra víspera… 
 
25 mil mentiras sobre la verdad - Carlos Varela

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